Nací el 13 de febrero de 2003, aparentemente sano, pero a los 3 meses de edad me llevaron al médico porque estaba muy pálido e hinchado y en el Hospital para el Niño Poblano fui diagnosticado con Enfermedad Renal Crónica……..mis riñones no funcionaron más.

Por ser tan pequeño, los médicos les dijeron a mis papás que no viviría mucho porque dializarme manualmente no era posible y sin diálisis moriría en poco tiempo. 

 

Gracias a Promotores del Hospital para el Niño Poblano A.C., mi papá entró a trabajar a una empresa en donde le dieron Seguro Social, fui trasladado para dializarme con máquina, a los 6 meses no tenía fuerza para moverme, era como un recién nacido, pero muy débil.
Cuando cumplí 2 años les recomendaron a mis papás, que me inscribieran en la lista de donadores cadavéricos en el Hospital para el Niño Poblano, allí sería más fácil que un Ángel antes de partir me donara sus pequeños riñones.
El Dr. Froilán Hernández Lara, Nefrólogo Pediatra me empezó a atender, sin embargo, para la cirugía tenía que tener cierto peso y estatura, la falla renal no me permitía crecer ni ganar peso.
Pasé desde entonces más tiempo en hospital que en casa, recibimos mucha ayuda del Voluntariado del H.N.P.A.C., bolsas de diálisis, muchas medicinas, muy caras que mis papás no hubieran podido comprar y vivíamos con ellas en el Albergue, me consentían mucho.
Pasaron más de 2 años, sufrí descalcificaciones que enchuecaron mis pies y piernas, hasta que el 24 de junio de 2007, el milagro ocurrió, una noble familia a quien no conocemos pero por quien diario rezamos, decidió donar los órganos de su hijo que tenía casi mi edad, para dar vida a quien lo necesitara.
Otra vez, apoyados por el Voluntariado del H.N.P.A.C, me hicieron todas las pruebas y en la madrugada del día 25 ¡ME TRASPLANTARON!
Mi vida cambió desde el día que abandoné la sala de trasplantes en donde estuve aislado como 10 días, las Voluntarias me hicieron una fiesta de despedida y por primera vez a los 4 años con 4 meses..... ¡comí pastel! .
Me llenaron de regalos, todos felices aplaudiéndome, mis doctores, los residentes las enfermeras que me acompañaron durante la cirugía y aislamiento, mis papás, hermana, tíos y abuelitos, yo no alcanzaba a entender por qué pero estaba muy feliz.
Continúo asistiendo a consultas para que me revisen y todo va bien, los ortopedistas atendieron mi problema de las piernas, entré al kínder a los 5 años.
Hoy tengo 12 años, voy en 5° de primaria y juego futbol, ¡Dicen que soy un milagro!
A pesar de que no tenemos dinero paseo mucho con las Voluntarias del H.N.P.A.C., ya hasta conocí el mar, me fui con ellas y con otros pacientes del Hospital a Veracruz, hice mi primera comunión también gracias a ellas y estuvo muy bonita.
Cuando sea grande voy a trabajar mucho para ayudar a mi papá que está enfermo.

Ángel Alberto Luna Díaz
(Enfermedad Renal Crónica desde nacimiento)